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viernes, 4 de junio de 2010

El árbol más solitario del planeta


Esta es una historia curiosa si no fuera por la profunda tristeza que provoca.

Tampoco es reciente. Trata de un árbol, un único árbol, el más solitario y aislado del planeta. También el más gafe. No había otro en 400 kilómetros a la redonda. Sobrevivía en el desierto del Teneré, en Níger, y era una acacia.Teneré significa en el idioma tuareg “el desolado, y es el desierto del desierto del Sahara, su área central y más árida. Allí donde la vida es prácticamente imposible subsistía el desamparado árbol, el último superviviente de los viejos bosques que durante milenios poblaron las ataño fértiles llanuras del Sahara, expulsados por la sequía de un desierto en implacable avance.

Era faro natural en medio de un mar de arena, punto de referencia obligada para las caravanas de camelleros, emblema de vida en mitad de un paisaje de muerte. Su secreto estaba en la potencia de las raíces, capaces de llegar hasta un pequeño acuífero fósil localizado a 35 metros de profundidad. Incluso florecía todos los años, en un intento desesperado por perpetuarse tan inútil como maravilloso.Pero llegamos nosotros y nuestros locos cacharros. 25 años después de descubrirlo para el mundo occidental, el explorador y etnólogo francés Henry Lhote se encontró en una segunda visita con que un camión le había desgajado uno de sus dos troncos.

Y no se lo podía creer:

“El tabú, el árbol sagrado, el único a quien ningún nómada osó haber herido con sus propias manos… este árbol ha sido víctima de un golpe mecánico”.

Parece imposible chocar contra el único obstáculo en cientos de kilómetros, con todo el espacio del mundo para esquivarlo, pero ocurrió. Y no una vez, sino dos. La segunda fue la definitiva. En 1973 un camionero libio, presuntamente borracho, embistió accidentalmente la acacia acabando con el símbolo de los tuaregs. Sus restos pueden verse ahora en la capital de Níger, a modo de triste monumento. Mientras, en su lugar original se levanta un árbol metálico apoyado en bidones de combustible, triste caricatura artística del avance avasallador de nuestra civilización.

lunes, 24 de mayo de 2010

La generación instantánea






Tanto antes de la crisis como durante la crisis, la sociedad del derroche ha penetrado hasta tal punto en todos los aspectos de nuestra vida, que el consumo compulsivo ya no se limita a lo que adquirimos en las tiendas. El consumismo se ha trasladado a las relaciones sentimentales, cada vez más efímeras, por no hablar de nuestra sufrida agenda diaria, que sobrecargamos de compromisos y actividades. Consumimos tiempo y recursos en una carrera alocada contra el ritmo natural de las cosas.


Todo lo queremos instantáneo. Antes, preparar un café en casa era un ritual que implicaba desenroscar la cafetera, llenar el filtro de café molido, volverla a cerrar, esperar a que el fuego hiciera emerger el café con un sonido inconfundible… Hoy ponemos una cápsula en la máquina y obtenemos en cuestión de segundos un café instantáneo.


El problema no es el café, sino que esta misma urgencia domina el resto de ámbitos de nuestra vida. Somos la generación Nespresso.
Con prisa y sin pausa


“Tanta urgencia tenemos por hacer cosas, que olvidamos lo único importante: vivir”
(Robert Louis Stevenson)


La cultura de la impaciencia se empezó a gestar con la revolución industrial y ha llegado a su cénit esta última década. Con la implantación masiva de Internet y de la telefonía móvil, nos hemos acostumbrado a los resultados inmediatos. Escribimos el nombre de un restaurante en la ventanita de Google y antes de un segundo tenemos su ubicación exacta en el mapa. Mandamos un correo electrónico, y si no obtenemos respuesta rápida, llamamos para ver qué sucede.
Según el psicólogo Miguel Ángel Manzano, “las nuevas tecnologías nos han construido un mundo virtual con el que nos relacionamos la mayor parte del tiempo; por tanto, cada vez estamos más acostumbrados a esos tiempos de reacción y cualquier cosa que se dilate demasiado nos molesta”.


Nuestra generación exige resultados a cortísimo plazo. Pero ¿vivir así nos hace más felices? ¿Dónde está el placer de la espera? ¿Qué sentido tiene correr tanto cuando no sabemos hacia dónde queremos ir?


Antiguamente, la paciencia y la lentitud se consideraban virtudes capitales para hacer grandes obras, como copiar un manuscrito o edificar una catedral. De hecho, estudios modernos como el de Malcolm Gladwell y su ley de las 10.000 horas reivindican el tiempo y la dedicación como clave de la excelencia. La precipitación, en cambio, genera estrés, angustia y frustración. Tal como decía hace un siglo el escritor británico Chesterton, el problema de las prisas es que al final nos hacen perder mucho tiempo.


‘Speed dating’


“Las grandes leyes de la naturaleza son: no corras, no seas impaciente y confía en el ritmo eterno” (Nikos Kazantzakis)


La pasión por lo instantáneo explica el auge de fórmulas como el speed dating, en el que los singles disponen de siete minutos con cada persona en una multicita que les obliga a saltar de mesa en mesa. En cada minicharla, el emparejado/a debe decidir si va a marcar en la cartulina el nombre de quien tiene delante para un futuro contacto o bien termina aquí el encuentro.
Una sesión de speed dating comporta conocer de siete a 10 personas en una hora, aunque en versiones más aceleradas –con encuentros de dos minutos– se puede aumentar el número de citas a 25 por hora. En muchos de estos locales se promueve el fast food durante los encuentros, porque se ha comprobado que tener algo en la mano, por ejemplo un trozo de pizza, permite controlar mejor los nervios. La música machacona a buen volumen hará el resto.


La pregunta es adónde nos lleva todo esto. Aunque en esta cadena de flirteos elijamos a alguien que a su vez nos ha seleccionado, nuestro umbral de tolerancia en la próxima cita será más bien escaso. Quien no quiere perder más de siete minutos en conocer a alguien tardará ese mismo tiempo en desencantarse cuando se adentre en la complejidad del otro.


Esta misma prisa hace que los padres hayan perdido la paciencia a la hora de educar a sus hijos, además de sufrir constantes conflictos con familiares, amigos y compañeros de trabajo por una simple falta de tiempo para aclarar las cosas.


Antes o después tendremos que preguntarnos por qué estamos viviendo de esta manera y qué obtenemos con ello.


Lo que oculta la carrera


“La velocidad no sirve para
nada si te dejas el cerebro por el camino”
(Karl Kraus)


Detrás de la generación Nespresso se oculta un problema de ansiedad generalizada. Corremos sin cesar porque no sabemos adónde vamos ni qué queremos hacer con nuestra vida. Como detenernos a pensar nos da miedo –existe el riesgo de descubrir que andamos perdidos–, entre una cápsula de experiencia instantánea y la siguiente, seguimos a la carrera.


Sobre esto, el periodista José María Romera afirma que “la agitación que impera en nuestro tiempo deja poco espacio a la reflexión y al sosiego. Esperar es casi un acto heroico cuando la conducta más frecuente ante el rechazo o el fracaso es el abandono a las primeras de cambio. Sólo en la medida en que nos reconciliemos con la duración propia de cada cosa podremos obtener de ella el máximo beneficio”.


Hay una serie de hábitos que nos permiten pasar de lo instantáneo al lento y placentero rugido de la cafetera de la vida.


Algunos de ellos serían:


Recuperar el hábito de esperar. Aunque haya cola en una tienda o parada del mercado, si es allí donde queremos comprar, no buscar una solución instantánea cambiando de lugar.

Congelar los correos electrónicos conflictivos. Al menos 24 horas, ya que una respuesta instantánea y en caliente puede destruir en cinco minutos una relación edificada en años.


Encargar un libro en la tienda del barrio. Como en los viejos tiempos, esperar su llegada una semana o dos aumentará la ilusión cuando lo tengamos en las manos.


Ver películas de arte y ensayo. Contra la velocidad que imprime el cine comercial, revisitar películas europeas de los sesenta y setenta, o bien optar por la filmografía oriental, nos educa en un ritmo más calmado y reflexivo.


Ejercitarnos en la espera y la lentitud tiene un valor adicional, ya que hay indicios de que el gran batacazo que ha supuesto para nuestro modo de vida la última crisis económica va a imprimir un giro radical al mundo.


El fin del ‘low cost’


“Uno puede estar a favor
de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo mismo que se puede estar a favor de
la electricidad y contra la silla eléctrica”
(Fernando Savater)


Antes de que nos cansemos de lo instantáneo, parece ser que el mundo va a encoger y nos obligará a vivir con un ritmo más pausado y natural. Esa es la tesis del analista económico Jeff Rubin, que en su libro Por qué el mundo está a punto de hacerse mucho más pequeño anuncia el retorno a una cultura basada en los productos locales.


“Cuando el barril de petróleo vuelva a costar tres dígitos, esto acabará con la cultura low cost y demostrará que la globalización ha sido un sueño o una pesadilla, pero, en cualquier caso, que es económicamente insostenible. Ya era ecológicamente inviable, pero ahora también lo será desde un punto de vista financiero. Tomaremos el avión, pero no para ir a Vietnam de vacaciones, sino en ocasiones muy señaladas y pagando un precio muy alto, tal y como sucedía antes.


La imposibilidad de transportar mercaderías baratas de una parte del mundo a otra, según Rubin, nos obligará a producirlo todo más cerca: desde los granos de arroz hasta los barcos. Lo que era exótico volverá a ser exótico, y caro. Dicho de otro modo, tener fresas en invierno se convertirá en un lujo de excéntricos. Nos tendremos que reacostumbrar a una cultura más local y artesana y, con ello, a los ciclos naturales.


La próxima generación


“Ha de haber algo más en la vida que tenerlo todo” (Maurice Sendak)


Si se cumplen estos pronósticos, nos aguarda un mundo más lento y pequeño que implicará viajar menos en coche y caminar más a menudo. Compraremos y trabajaremos más cerca de casa y, por tanto, nuestros vecinos y el barrio en el que vivimos recuperarán la importancia de antaño.


El fin de lo frívolo y lo inmediato tendrá gran repercusión en la psicología de la sociedad. Así lo asegura el periodista cultural David Barba, que prepara el primer ensayo sobre la generación Nespresso: “Nuestra visión de la escasez será sustituida por una mentalidad de abundancia. A lo largo de la historia, las sociedades tradicionales, mucho más pobres en lo material, han sentido como una bendición la posesión de alimentos u objetos de sobra, y jamás faltó un lugar en la mesa para el caminante que necesita un plato de comida. Sin embargo, nuestra sociedad de la opulencia siente como ninguna otra la idea de la escasez, el preconcepto de que no hay suficiente para todos y, por tanto, no es posible compartir el bienestar con los recién llegados o con los elementos ‘no-productivos’. En una sociedad moralmente mejorada, la solidaria mentalidad de la abundancia –más propia de la naturaleza humana, como han demostrado las psicologías humanistas del siglo XX– emergerá para quedarse”.


Por tanto, la buena noticia de la crisis es que, cuando pase el vendaval, seremos capaces de ver nuestras verdaderas prioridades, todo lo esencial que nos había pasado de largo en nuestra agotadora carrera hacia ninguna parte.

sábado, 22 de mayo de 2010

Dia Mundial de la Biodiversidad




Los ecologistas reclaman un mayor compromiso a los políticos
Los arrecifes de coral es uno de los ecosistemas más amenazados


La celebración, hoy sábado, del Día Mundial de la Biodiversidad está sirviendo de excusa para recordar las muchas amenazas que se ciernen sobre un buen número de organismos que habitan en el planeta, muchos de ellos aún desconocidos para la Ciencia.


Un reciente informe conjunto de la ONU y la Universidad de Cambridge, desde la década de 1970 la población mundial animal se ha reducido más del 30%, los bosques de manglares y las pasturas marinas en un 20% y los arrecifes de coral con vida un 40%.


Respecto a los mares, la organización Oceana señala que se conocen seis veces más especies terrestres que marinas, a pesar de que se calcula que la cifra de animales de ambos medios podría ser similar, lo que da idea de lo que aún queda por conocer en las profundidades oceánicas.


El Censo de la Vida Marina ha logrado clasificar unas 230.000 especies, aunque se calcula que los océanos pueden estar habitados por entre 1,5 y 10 millones de especies, que podrían llegar hasta los 40 millones, según algunos investigadores, por lo que Oceana reclamaba un impulso a la investigación.


La organización recordaba que el medio marino se enfrenta a un ritmo de pérdida de biodiversidad sin precedentes por la acidificación de sus aguas, como consecuencia del aumento de CO2, el agotamiento de especies comerciales por la actividad pesquera abusiva, el deterioro de los ecosistemas y los vertidos continuos de basura e hidrocarburos.


En la tierra también hay infinidad de problemas. La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, aliada con la Federación de Caza, han puesto en marcha una campaña contra el uso ilegal de venenos, principal causa de mortalidad para algunas de las especies más amenazadas de la fauna ibérica, como águilas imperiales, osos pardos, buitres negros, quebrantahuesos o alimoches. Estiman que 20.000 aves rapaces de las cinco especies más amenazadas de España han sideno envenenadas en los últimos años.


Cumplimiento de objetivos


El repaso general a la biodiversidad le ha hecho Amigos de la Tierra, que ha solicitado a todos los gobiernos que cumplan con los objetivos del convenio de la ONU sobre Diversidad Biológica que frenen su destrucción.


La ONG recuerda que el 38% de las especies están bajo amenaza inminente y que de 15 indicadores de pérdida de biodiversidad, nueve aún están en deterioro y sólo dos mejoran en la Unión Europea. De hecho, de las principales especies, sólo el 17% tiene una conservación favorable.


Para Ecologistas en Acción, el Año de la Biodiversidad no está teniendo la repercusión que se esperaba. En el balance de los primeros 140 dias, apuntan que se continúa con un desarrollo insostenible, no se ha aceptado ninguna de las 40 especies propuestas para ser protegidas en a XV Conferencia sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), ni siquiera el atún rojo atlántico y se han reabierto prematuramente los caladeros de anchoa del Cantábrico.
También recuerdan que se está apoyando el cultivo de transgénicos a gran escala, lo que supone una grave pérdida de la biodiversidad en el entorno rural.

sábado, 27 de marzo de 2010

El Planeta comienza a "apagarse"



Lucha contra el cambio climático


El planeta comienza a apagarse en su lucha contra el cambio climático. Australia y Nueva Zelanda han dado el pistoletazo de salida al apagón mundial de 60 minutos convocado por la organización ecologista WWF por cuarto año consecutivo.
Un total de 47 ciudades y pueblos se unieron a la iniciativa en Nueva Zelanda a las 20:30 horas (local, 07:30 GMT), dejando en completa oscuridad edificios como el Beehive, junto al edificio del parlamento en Wellington, o la Skytower, la estructura más alta de Auckland.
La 'Hora del Planeta' surgió en 2007 en Australia: 2,2 millones de personas apagaron la luz en Sydney
La ciudad australiana de Sydney también perdió parte de su luz con el apagón, mientras el Parlamento de Canberra apagó sus luces por primera vez este año, aunque en Australia se vivió una curiosa iniciativa contraria a la propuesta de WWF: "la hora del logro humano", impulsada por escépticos del cambio climático como el diputado Cory Bernardi, del Partido Liberal.
La consigna de apagar la luz se extenderá durante todo el día por el resto del mundo cuando el reloj dé las 20.30h.

Tras la decepción por la Cumbre del Clima de Copenhague, la cita de este año pretende convertirse en la mayor movilización jamás organizada en el mundo. Los ecologistas insisten en que, a pesar del "insuficiente acuerdo" logrado en la capital danesa, "actuando juntos, todos somos parte de la solución al cambio climático".

El objetivo es ambicioso. WWF espera superar la cifra del año pasado y que más de mil millones de personas se adhieran a la convocatoria, que es respaldada por cientos de instituciones, empresas privadas y personalidades de todos los ámbitos. En la edición de 2009 participaron más de 4.000 ciudades en 88 países. En España, 200 localidades se unieron a la iniciativa.

La 'Hora del Planeta' surgió en el año 2007 en Australia. 2,2 millones de personas decidieron apagar la luz durante una hora. Al año siguiente la iniciativa se extendió a otros países y alcanzó la cifra de 50 millones de personas. España se unió a la convocatoria en 2009, el año en el que se multiplicó el número de participantes y adquirió una dimensión mundial.
Representantes de todos los continentes
De momento, para la edición de 2010 se han sumado 180 ciudades españolas, entre ellas todas las capitales de provincia, excepto Girona.

A nivel mundial, este año conseguirán que haya representantes de todos los lugares del planeta ya que se ha sumado a la iniciativa la base científica Scott, en la Antártida, el único continente que faltaba. Hasta el viernes por la noche se habían inscrito participantes de más de 125 países.

Las pirámides de Egipto, el Coliseo de Roma, Times Square en Nueva York, el Partenón de Atenas, la Puerta de Alcalá de Madrid o la Alhambra de Granada son algunos de los lugares emblemáticos que se quedarán a oscuras entre las 20:30 y las 21:30 (hora peninsular española).

ELMUNDO.es volverá a unirse a esta iniciativa y durante tres minutos desconectará la web para mostrar su compromiso en la lucha contra el cambio climático.

Un mensaje para los políticos

¿Y cuál es el objetivo de este apagón simbólico? WWF espera que se genere un impulso para que los políticos se sientan obligados a "adoptar un tratado mundial ambicioso, justo y vinculante sobre el clima para reducir las emisiones de carbono".
"No se trata de ahorrar energía sino de sensibilizar a la población de la importancia de luchar contra el cambio climático", afirma Miguel Ángel Valladares, director de comunicación de WWF. "La 'Hora del Planeta' es una llamada de atención para que la gente se involucre a nivel mundial".

Para WWF, "apagar el interruptor es una forma en que las personas se pueden implicar y exigir acción", ya que todos pueden participar sin importar dónde estén, su nivel de ingresos o su edad. La organización ecologista subraya el poder de los símbolos: "Desde el Motón del Té hasta las protestas pacíficas de los años 60, los símbolos han podido encender la chispa del cambio que ha corrido por todo el planeta". Sin embargo, consideran que "un gesto es un símbolo; mil millones de gestos es una acción global".

Actividades en España

Para el director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, es importante que la opinión pública se movilice, sobre todo tras la cumbre de Copenhague, y que "vuelva a demandar a los gobiernos una respuesta firme y definitiva" en la lucha contra el cambio climático.
Aunque el apagón será a las 20:30, las actividades comenzarán en Madrid a las 17 horas en el parque del Retiro. A esa hora habrá una fiesta para adultos y niños, a la que asistirá un 'Pocoyó' gigante. A las 19:30 se celebrará una carrera popular de 3 kilómetros en el parque para la que no es necesaria inscribirse previamente.

Después, se leerá un manifiesto y se hará la cuenta atrás para el inicio del apagón junto a la Puerta de Alcalá, el emblemático monumento madrileño que como tantos en España se quedará a oscuras. De 20:30 a 21:30 habrá actuaciones musicales y de danza.
Otras localidades, como Barcelona, Sevilla, Alicante, Córdoba, Granada, Guadalajara y Salamanca, acogerán también actividades y conciertos para celebrar la hora en la que buena parte del planeta se quedará 'a oscuras'.


lunes, 22 de marzo de 2010

Es la hora del planeta: apague la luz




Es la hora del planeta: apague la luz

Monumentos a oscuras en un acto simbólico contra el calentamiento global - Empresas y organizaciones se suman el sábado a la iniciativa ecologista

El Empire State (Nueva York), La Torre Eiffel (París) o la Puerta de Alcalá (Madrid); cientos de monumentos y edificios emblemáticos de todo el mundo apagarán las luces durante 60 minutos en La hora del planeta 2010. Una acción global contra el cambio climático que, bajo el lema Apaga la luz, enciende el planeta, se celebra el próximo sábado a las 20.30, hora peninsular española, por iniciativa de la organización ecologista WWF.

"Combatir el cambio climático es tarea de toda la sociedad"

Los partidos políticos se han adherido a este proyecto ecológico
Las cofradías de pescadores gallegas se suman porque ya notan los efectos
Ciudadanos, ciudades, empresas y organizaciones mandarán un mensaje a los gobiernos exigiendo acción inmediata contra el cambio climático. El Grupo PRISA, editor de EL PAÍS, así como Telefónica o Inditex -la empresa de Zara- se han sumado a la iniciativa en la que se espera que participen más de mil millones de personas en 6.000 ciudades de todo el mundo.
Tras la decepción en diciembre en la cumbre de Copenhague -se cerró sin alcanzar un acuerdo vinculante sobre emisiones-, WWF pretende que La hora del planeta impulse a los políticos a adoptar un tratado sobre cambio climático mundial y obligatorio, para reducir las emisiones de carbono.
Hasta 107 ciudades españolas se han unido ya a la iniciativa y la organización espera contar con todas las capitales de provincia.
En España, la sede del Parlamento Europeo, la Cibeles o el edificio de Telefónica en la Gran Vía de Madrid se sumirán en la oscuridad durante una hora. Además, se han programado diversos actos, como una carrera popular con salida en el madrileño parque del Retiro (19.30) y conciertos en distintos puntos de la capital.
En España, los partidos políticos mayoritarios, PP y PSOE, se han adherido a la iniciativa, según informa WWF España. El premio Nobel de la Paz Desmond Tutu también ha dado su apoyo, junto con personalidades de la moda y el deporte, como la modelo Gisele Bündshen y el jugador de fútbol americano Tom Brady.
La preocupación por la amenaza del cambio climático sobre el medio de vida ha llevado a las 62 cofradías de pescadores que hay en Galicia a sumarse este año a la campaña. "Nuestra federación representa la pesca artesanal y el marisqueo, íntimamente relacionados con la biodiversidad. Notamos el cambio climático en la variación de las lluvias, que provoca modificaciones en la salinidad de las rías, y eso hace que varíen las corrientes y haya desajustes en el desove y desarrollo de los juveniles", explica el secretario general de la Federación de Cofradías Gallegas, Xan López. Se apagarán las luces en las lonjas o se colaborará en aquello que organicen los ayuntamientos, aún hay que concretar.
Los rótulos amarillos de Correos tampoco lucirán durante La hora del planeta en las oficinas principales. "Correos incorpora de modo formal a los objetivos de empresa la lucha contra el cambio climático. Tenemos el objetivo de reducir un 20% nuestras emisiones de dióxido de carbono para 2020", explica Jesús Evangelio, director de responsabilidad social corporativa de Correos.
Times Square (New York) y Picadilly (Londres) se quedarán durante una hora sin las luces rojas de los letreros de Coca-Cola. "Los vamos a apagar en 50 países. También nuestras oficinas y plantas de embotellado", explica Juan José Litrán, director de relaciones externas de la marca. "Coca-Cola se ha comprometido con WWF a reducir las emisiones que genera su actividad en 2015 al nivel de 2004 para después ir reduciendo un 5% al año", señala.
La participación en La hora del planeta no ha dejado de crecer desde su primera edición en 2007. Desde la Alhambra de Granada a las gandes pirámides de Giza o el londinense Big Ben, decenas de edificaciones emblemáticas han apagado por el clima en cada convocatoria.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cumbre de Copenhague


Algunas frases de gobernantes durante la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático:

- Hugo Chávez, presidente de Venezuela: "Si el clima fuese un banco, uno de los grandes, los países ricos lo habrían salvado".

- Nicolas Sarkozy, primer ministro de Francia: "Los países que se arriesguen a romper el acuerdo tendrán una responsabilidad histórica difícil de soportar. Se quedarán aislados".

- Robert Mugabe, presidente de Zimbabue: "¿Por qué los países del norte culpable no muestran con el cambio climático el mismo espíritu fundamentalista que exhiben en nuestros países en desarrollo con las cuestiones de derechos humanos?".

sábado, 1 de agosto de 2009

Lo bueno, lo malo y lo recomendable



Las latas no son reusables. Cada persona tira a la basura alrededor de 300 kilos de latas al año. ¿No sería mejor utilizar envases de vidrio que sí son reutilizables?

Dí no a las bolsas y empaques para transportar las compras. Se requieren 12 litros de aceite mineral para fabricar 300 bolsas de plástico. Este combustible se puede usar con otros fines más necesarios.

Utilizar papel reciclado ahorra 50% de agua y 10% de electricidad que se utilizan para producir papel nuevo. Además, muchos árboles podrían salvarse si utilizaramos papel reciclado. No hay por qué tirar los cuadernos que aún tienen hojas limpias.

Los detergentes fosfatados contaminan el ambiente y producen eutrofia en los lagos y ríos. Es preferible utilizar detergentes que no contengan fosfatos.

El jugo de limón es un buen abrillantador. No contamina el ambiente como los productos comerciales. También hay que tener cuidado en el uso de suavizantes para la ropa o con los acondicionadores para el pelo.

Ducharnos ahorra más agua que si lo hacemos en la banera. Necesitamos ahorrar agua también cuando nos lavamos los dientes o limpiamos la banqueta.

El matamoscas no contamina. Los insecticidas contaminan el ambiente y son muy tóxicos. El DDT puede producir cáncer a las personas.

Los empaques de papel y cartón contaminan menos que los envases de plástico. No debemos comprar un producto sólo porque nos gusta el envase. Mientras menos cubiertas tenga producirá menos basura.

Secar la ropa al sol no contamina. El uso de las secadoras de gas o de electricidad generan deterioro ambiental. Si no se puede evitar su uso, debe hacerse de una manera racional.

El agua muy caliente afecta las fibras de las telas, consume energía y por ello, puede generar deterioro ambiental. No es necesario lavar con agua a más de 60ºC.
Los blanqueadores que no contienen cloro o dioxinas son menos contaminantes. Debemos fijarnos en los ingredientes que se señalan en las etiquetas de los detergentes para escoger los que menos contaminan.
Los aromatizantes naturales como la lavanda, el membrillo o la manzana son menos tóxicos que los aromatizantes comerciales.
Un litro de aceite vertido al drenaje contamina miles de litros de agua pues custa mucho retirarlo para reciclarla. El aceite forma una capa lodosa que atasca los desagües y favorece el crecimiento de microorganismos.
Una colilla de cigarro contamina más de 30 litros de agua, algunos de sus componentes son cancerígenos y cuesta mucho trabajo y energía retirar sus derivados del agua.
En México se consumen enormes cantidades de refrescos embotellados en envases de plástico. Si utilizamos envases retornables evitaremos un gran deterioro ambiental. Los de vidirio son reutilizables, se utiliza menos energía en su producción y pueden aprovecharse aún cuando se encuentren en la basura.

martes, 5 de mayo de 2009