"A veces, el destino se parece
a una pequeña tempestad de arena
que cambia de dirección sin cesar.
Tú cambias de rumbo intentando evitarla.
Y entonces la tormenta también cambia de dirección,
siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo.
Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes.
Y esto se repite una y ... otra vez.
Como una danza macabra con la Muerte
antes del amanecer.
Y la razón es que la tormenta
no es algo que venga de lejos
y que no guarde relación contigo.
Esta tormenta, en definitiva, eres tú.
Es algo que se encuentra en tu interior.
Lo único que puedes hacer es resignarte,
meterte en ella de cabeza,
taparte con fuerza los ojos y las orejas
para que no se te llenen de arena
e ir cruzándola paso a paso.
Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección,
a veces ni siquiera existe el tiempo.
Allí sólo hay una arena blanca y fina,
como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo.
Imagínate una tormenta como ésta."
Haruki Murakami
Tenemos que ser lo suficientemente fuertes para cruzar la tormenta y estar concientes de que despues de cada cada nube negra, siempre sale el sol nuevamente.
ResponderEliminarAunque... a veces deberiamos ser como la arena... ya que ella nunca esta igual, quizás nuestra vida sería mas entretenida.
Besitos!