Tú que eres padre, eres la persona más afortunada sobre la tierra.
Levanta tus brazos al cielo y da gracias a Dios por la misericordia que te ha concedido.
Recuerda, sin embargo, que no es suficiente dar a los hijos comida y educación.
Hay algo más que supera todo eso: Tu ejemplo.
Da a tus hijos el ejemplo del trabajo, la horadez, la dignidad, mientras vivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario