Erase una vez un rey que tenia tres hijos.
Poseia, ademas, muchas riquezas,
pero sobre todo un brillante de valor extraordinario,
admirado en el mundo entero.
Se iba haciendo anciano y se preguntaba a si mismo
para cual de los tres hijos seria aquel brillante,
para cual de los tres hijos seria aquel brillante,
al repartir la herencia.
Un dia tuvo una idea:
Seria para el que realizase la mayor hazaña en un dia señalado...
Al llegar la noche del dia siguiente,
cada uno relato al rey su aventura vivida.
El hijo mayor habia dado muerte al terrible dragon rojo
que sembraba el panico por todo el reino.
El segundo, con una pequeña daga,
habia vencido a diez hombres bien armados.
El tercero, el hijo menor, dijo:
-Sali esta mañana y encontre a mi mayor enemigo
durmiendo al borde de un acantilado...
Luche conmigo mismo.
Sentia en mi interior ganas de despeñarlo...
y al fin le deje seguir durmiendo.
Entonces el rey se levanto del trono,
Entonces el rey se levanto del trono,
abrazo a su hijo menor y le entrego el brillante.
"¡No es más fuerte el buen luchador sino aquel que controla su ira !"
(Hadith del Profeta Mohammed (sas), relatado por Al-Bukhari/Muslim)
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